Toldos y Cortinas Antonio, más de medio siglo de innovación y calidad

El negocio fundado en 1965 por la familia Jiménez Quílez mantiene el espíritu emprendedor que ha marcado su existencia y que le permite encarar el futuro con esperanza

El comercio da vida y revaloriza las calles. Las crisis, la pandemia y la venta on line han puesto contra las cuerdas a muchos autónomos que montaron un negocio pensando en levantarse cada día para sacarlo adelante, pero que al final han tenido que bajar la verja.

Sin embargo, en medio de todas las amenazas, hay supervivientes. Y en Linares son muchos los que todavía pueden decir con orgullo que siguen trabajando, a lo mejor no tanto como cuando le dieron el relevo a sus familias, pero sí pudiendo hacerlo cada día.

Cruzar la puerta de la tienda Toldos y Cortinas Antonio, en la Corredera de San Marcos, produce la seguridad de que Cayetano Jiménez va a tener lo que uno busca. Mientras atiende una llamada, el hijo del fundador de este negocio con más de medio siglo de vida permite a El Observador profundizar en el amplio catálogo de productos que llevan su sello.

A la creatividad de sus artículos se suma la innovación y la calidad. Estas tres premisas han marcado el carácter emprendedor de la empresa que montó Antonio Jiménez Hernández y Antonia Quílez Gaviña en la calle Hernán Cortés después de un periplo por Barcelona. Desde el comienzo, la compañía destacó por su profesionalidad y por abarcar todo tipo de soluciones en la fabricación, confección y montaje de toldos y cortinas.

Prácticamente toda la ciudad y buena parte de la comarca han llamado a la puerta de la tienda y del taller de la familia Hernández Quílez. «Somos reconocidos por la calidad de nuestros productos y servicios», dice sin pestañear Cayetano.

Constituida como sociedad limitada en la década de los 90, pone a disposición del cliente productos para cualquier entorno o ambiente, y no repara a la hora de buscar entre sus proveedores la demanda más exigente.

La actividad comercial de la empresa aumenta en los meses de primavera en su taller del número 2 de la calle Velázquez, donde llegan a trabajar hasta seis personas.

Todos y Cortinas Antonio siente a Linares como propia y, pese a los avatares de la vida, espera seguir formando parte de la historia de la ciudad durante muchos años más. «Como a todos, la pandemia ha afectado, pero nuestras raíces y la fidelidad de nuestros clientes nos hacen mirar el futuro con esperanza», señala ilusionado Cayetano Jiménez, quien defiende la importancia de mantener la esencia de los negocios, ese trato cercano y el conocimiento sobre el artículo que venden.

Fotos: Javier Esturillo

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  1. Buenos empresarios y buena gente de Linares, llegaron a tener una tienda en Úbeda, les recuerdo sus comienzos en la C/ Hernán Cortés donde ahora está la Peña del Barcelona. En una ocasión mi familia le compro una piscina y como no toldos para la casa. El padre de Cayetano, Antonio amigo de mi padre trabajaron juntos en Santa.

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