Marquetería Núñez, el legado del comercio más castizo de Linares

El negocio, fundado por Antolín Núñez Gallego en 1950, llega a su tercera generación con la «ilusión del primer día» en el corazón de la calle La Virgen

Quedar con Jesús David Núñez es bien fácil, no hay que coordinar agendas, ni hacer llamadas. Solo aparecer por la puerta de Marquetería Núñez, en el número 15 de la calle La Virgen.

Salvo los domingos, está allí desde bien temprano enmarcando cuadros repletos de recuerdos o personalizando algún encargo. Y así lleva desde que era un crío, primero con su abuelo, luego con sus tíos y posteriormente con su madre hasta que el pasado verano se hace cargo en solitario de este castizo negocio de Linares.

A Jesús David le gusta hablar de la historia del comercio familiar, pero interrumpe su discurso rápidamente si entra un cliente por la puerta. Y llega una mujer que pregunta por perchas. «No tenemos», responde amablemente.

Acto seguido, llega otra señora con un puñado de fotos de sus nietos para que se las enmarque. Jesús David procede a atender a la mujer, a la que le da todo tipo de indicaciones para que quede satisfecha con su petición. «Nunca he oído una queja de nuestros clientes. Más bien todo lo contrario, destacan el trabajo bien hecho», agradece con sencillez.

Es una de las tiendas añejas, con solera y décadas de profesionalidad de la ciudad, que sigue en la batalla, dispuesta a ganar la guerra a las crisis y el avance de las grandes superficies con la «ilusión del primer día» que su abuelo, Antolín Núñez Gallego, levantó la persiana para decorar las casas de los linarenses.

Marquetería Núñez se distingue por sus mesas camilla, sillas de enea y muebles auxiliares, además de otros artículos relacionados con la decoración y el hogar.

Cuenta que el secreto del éxito del negocio radica principalmente en la relación con el cliente. Considera imprescindible escuchar sus demandas y ofrecerles un producto que se adapte muy bien a sus necesidades.

La situación actual no se lo ha dejado nada fácil, pero Jesús David, de 38 años de edad, mantiene una mirada positiva en medio de unas circunstancias tan inciertas. «Aunque hemos perdido gente de la comarca, nuestra clientela es muy fiel», asegura a El Observador.

En Marquetería Núñez la calidad de antaño sigue intacta y personaliza cada venta con un sello de profesionalidad y cercanía que en pocos lugares se encuentra.

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