Reportaje | Donativos para salvar el Long Rock

El mítico pub de Linares pide ayuda a sus clientes para hacer frente a los gastos más urgentes y evitar su cierre definitivo. «Lo hacemos por necesidad», asegura su propietario

Les ha tocado reinventarse para sobrevivir, para evitar el ERTE, en algunos casos, o para no tener que cerrar definitivamente, en otros. La pandemia ha puesto contra las cuerdas a la hostelería y, en especial, al ocio nocturno, el más castigado por las medidas restrictivas desde que estalló la crisis sanitaria del Covid-19.

Las facturas de alquiler, luz, agua, proveedores… siguen llegando a pub y discotecas de la ciudad, mientras mantienen las persianas bajadas y los rótulos apagados por las limitaciones, cada vez «más duras», de las autoridades. Sin ingresos de ningún tipo, las deudas se acumulan y el cartel de ‘se cierra’ está encima de la barra de algunos negocios míticos de Linares, como el Long Rock, que el próximo 22 de diciembre cumple 21 años.

Su situación es «desesperada» hasta tal punto de que su propietario, Gustavo Prieto, ha lanzado, por «necesidad», una campaña de donativos para hacer frente a los pagos más urgentes porque la «continuidad del negocio está en serio peligro».

La iniciativa, colgada en el perfil de Facebook del Long Rock, consiste en entregar de manera voluntaria una cantidad económica a cambio de «una copa, una cerveza o un refresco» que se canjeará cuando vuelva a abrir sus puertas, presumiblemente este mes de diciembre. «La idea pasa por adquirir por adelantado futuras consumiciones que nosotros serviremos encantados a coste cero», explica Gustavo Prieto a El Observador.

El dueño del pub reconoce que «no es plato de buen gusto» pedir a los clientes una ayuda, pero que «no le queda otro camino para sobrevivir». «Sin la colaboración de nuestra gente estamos abocados al cierre», advierte.

Hasta ahora lleva recaudados más de 700 euros y lo más curioso es que nadie ha pedido nada por la donación. «Lo han hecho de manera desinteresada, simplemente por solidaridad», agradece Prieto, quien tiene pendiente varios recibos de alquiler y acumula deudas importantes que arrastra desde el confinamiento. «Están siendo meses durísimos para nosotros. Estamos pagando los platos rotos de la pandemia con unas restricciones que han acabado por axfisiarnos», denuncia.

El Long Rock es uno de los bares de copas más emblemáticos de Linares, con una decoración espectacular y una apuesta clara por la música en vivo. El coronavirus obligó a Gustavo Prieto a cancelar todos los conciertos programados, una fuente de ingresos para amortiguar las pérdidas provocadas por la otra crisis que vive la ciudad debido al desmantelamiento de la industria. «No nos habíamos recuperado de una y cuando sin esperarlo llegó la otra. Ha sido un mazazo tan grande que ya no sabemos qué hacer. Esto es la ruina», lamenta a este periódico.

En muchos casos, con el Long Rock y otros establecimientos de la noche, su culpa se limita a haber estado en el lugar equivocado en el momento más inoportuno. Locales más o menos rentables han pasado a depender de ayudas públicas para sobrevivir. Y aquellos con menos margen en sus cuentas han quedado fuera de juego.

Gustavo Prieto, como buena parte de la hostelería linarense, está con la «soga al cuello» y reclama de las administraciones ayudas públicas de «de verdad, no migajas ni limosnas». «Estas restricciones se pueden llevar por delante muchos los bares, restaurantes y pub de la ciudad si nadie hace nada por remediarlo», subraya.

Para colaborar con el Long Rock se puede hacer a través de las siguientes formas:

Bankinter: ES26 0128 0775 0001 0000 5554
Caja Rural: ES41 3067 0045 0922 7901 6311
Bizum: Gustavo Prieto Meléndrez. 627 94 87 62

Fotos: Long Rock

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