El municipio impulsa políticas sociales para garantizar la integración y la igualdad de oportunidades de las personas con diversidad funcional
La pandemia ha exacerbado las desigualdades preexistentes y ha golpeado de manera especialmente severa a los grupos sociales más vulnerables, entre ellos el de las personas con discapacidad.
El coronavirus ha hecho aún más evidente la discriminación estructural que sufren y, por eso, el Ayuntamiento de Baños de la Encina pone el foco en la necesidad en impulsar programas inclusivos y accesibles para no dejar a nadie atrás.
El municipio, poco a poco, se ha ido haciendo eco de las demandas de las personas con discapacidad y gran parte de sus protocolos han ido incorporando ajustes razonables para garantizar que los derechos de este grupo de población no sean vulnerados.
Sin embargo, aún falta mucho por hacer. «El equipo de Gobierno es conscientes de ello y, por eso, trabaja en distintos frentes, desde reglamentos de accesibilidad y eliminación de barreras a planes de integración laboral a través del propio Ayuntamiento y el emprendimiento», apunta la concejal de Servicios Sociales e Igualdad, María Dolores Díaz.
El objetivo municipal no es otro de adaptar el pueblo a las necesidades de este importante colectivo para mejorar su calidad de vida e independencia personal con los apoyos necesarios para que sea una realidad.
Quiere llevar a la práctica todas las lecciones aprendidas e incluir la perspectiva de discapacidad como un eje fundamental de sus política sociales. «Es un arduo trabajo en el que estamos inmersos desde hace tiempo. La inclusión de las personas con discapacidad es una cuestión que nos preocupa para la construcción de una sociedad más justa y equitativa», subraya la edil.
Ejemplo de superación
En el ámbito educativo, laboral o administrativo, las personas con discapacidad —sea intelectual o física— encuentran con frecuencia barreras muy difíciles de rebasar. Dificultades burocráticas, segregación escolar, limitado acceso al empleo y desconfianza de la sociedad son males que aquejan a estos colectivos.
Pero hay historias que demuestran la capacidad de ser humano para reponerse a cualquier contratiempo, por muy duro que sea. Marina Conejero Ontiveros sabe mucho de resiliencia. Nació con osteogénesis imperfecta, también conocida como la enfermedad de los huesos de cristal.
Su sonrisa refleja una vida repleta de optimismo y superación. A sus 20 años, esta bañusca estudia Medicina en la Universidad de Castilla-La Mancha en el Campus de Ciudad Real. No se siente más ni menos que nadie, solo una alumna más que quiere cumplir su sueño y realizarse profesionalmente.
La historia de Marina no es una historia triste, sino una historia de ilusión, perseverancia y, sobre todo, superación, aunque reconoce que la «sociedad sigue sin estar preparada» para aceptar ciertas discapacidades. Ella, por el contrario, ofrece normalidad y sentido común. «No me importa que me miren por la calle. Lo importante es que a los niños les enseñen desde pequeños que todas las personas somos iguales, independientemente de que su físico sea diferente», señala.
Por suerte, ha vivido y crecido en un pueblo donde «se ha sentido bastante bien» gracias, en buena parte, a la abnegada lucha de sus padres y sus profesores para que ella nunca se viera distinta al resto de sus compañeros.
Marina afirma que son precisamente las barreras arquitectónicas las que impiden a los afectados por esta rara dolencia llevar «una vida completamente normal». Para ella, hace falta que los poderes públicos implementen políticas encaminadas a proporcionar a las personas con discapacidad los instrumentos necesarios para que puedan conseguir su autonomía personal mediante la accesibilidad.
Turismo accesible
En este punto, los reconocimientos como uno de los Pueblos más Bonitos de España y Municipio Turístico de Andalucía obligan a Baños de la Encina a avanzar hacia un modelo de ciudad que permita a personas con movilidad reducida, de la tercera edad o familias con hijos disfrutar de su estancia sin trabas añadidas.
Uno de los desafíos a los que se enfrenta el municipio son los obstáculos arquitectónicos. Por su diseño y orografía, no es fácil romper con esas barreras. La Administración local trabaja en itinerarios y rutas adaptadas para facilitar la visita a sus lugares históricos. «No es una misión sencilla, pero estamos empeñados en eliminar barreras arquitectónicas para convertirnos en un destino accesible», afirma María Dolores Díaz.
Foto: Javier Esturillo
Vídeos: Visualy Linares