«No existe el guion perfecto»

Verónica Cervilla Ruiz tiene 33 años y es una de las escritoras y guionistas más relevantes de Linares. Así lo dice su amplio currículum, pese a su juventud, y la legión de seguidores que siguen sus pasos, tanto en la narrativa como en la gran pantalla.

Marcada por el terror y la fantasía oscura, ganó su primer concurso literario con solo 14 años con el relato ‘Mariposa sin alas, sobre violencia doméstica’. Estudió Realización Audiovisual en la Escuela Superior de Medios Audiovisuales de Andalucía en Sevilla y se especializó en guion en Londres.

Tras conversar con Verónica Cervilla, uno percibe que sabe negociar la adversidad con la felicidad y que este giro se entronca directamente en su ADN. Es exactamente como su literatura: Franca, directa y sin florituras. Su discreción, tan serena como resplandeciente, llama la atención, al igual que su mirada penetrante y profunda.

Ha colaborado con algunas revistas, como ‘La Tundra Magazine’ de Londres y ha participado en diversos proyectos audiovisuales en Reino Unido. Además, dirige la revista literaria de fantasía ‘Tártarus’. Es sin duda alguna una las grandes figuras de las letras jiennense. También es una dulce rareza.

¿En qué está embarcada en estos momentos?

—Estoy preparando el lanzamiento de una novela que sale en mayo con todo el tema de la promoción y en algún proyecto audiovisual, pero con la pandemia vamos muy lentos.

¿Cómo es el proceso creativo de un escritor o escritora? ¿Cómo empieza?

—Puede empezar simplemente con una idea porque surge o porque te la encarguen o porque hay algún tipo de convocatoria a la que quieres presentarte y, a partir de ese momento, empiezas a trabajar sobre ella y te adaptas a lo que piden.

Pero si esa idea es propia decides por dónde vas a tirar por el tema literario, si es ficción breve, novela o audiovisual, depende de las circunstancias.

¿Y esa idea puede surgir en cualquier instante?

—Sinceramente sí. Puede surgir en cualquier momento, desde una noticia de un periódico a una experiencia personal, pasando por una conversación o simplemente una canción.

¿Qué ha visto o ha escuchado en los últimos tiempos que le haya llamado la atención para sumergirse en proyecto?

—Hace poco, y lo comenté por redes sociales, me surgió una idea de novela sobre el silencio. Creo que hay demasiado ruido en el mundo, sobre todo en las redes. Creo que nos hace falta parar un instante y disfrutar del silencio. A mí, personalmente, me molesta el ruido y estaría bien hablar del silencio.

¿Cree que la sociedad está un poco loca desde que comenzó la pandemia?

(Suspira) No lo sé en comparación con otros tiempos. Lo que está claro es que nos está afectando.

Lo que no me negará es que el coronavirus da para un guion de cine.

—No lo dude. Lo que pienso, sin embargo, es que estamos bastante saturados de tanta pandemia.

Lo que hace unos años o décadas era ciencia ficción, hoy, es una realidad.

—Así es. Se ha convertido en una distopía y lo he comentado con otros compañeros. Ha dejado de ser ciencia ficción. Ya ha habido algún acercamiento al tema del virus.

¿Qué le llevó a la Escuela de Cine?

—Desde muy pequeña siempre me llamó la atención eso de crear historias. Pensé, ingenuamente, que el cine era la herramienta más rápida para hacerlo, pero me he dado cuenta que es igual o más complicado que la literatura. En mi vida, ambos campos van de la mano.

Y en el cine se ha decantado por el guion, ¿por qué?

—Porque me llama más la atención la parte creativa que la técnica, aunque hice dirección. Me gusta mucho más construir los personajes, la trama…

Imagino, por lo tanto, que su cabeza siempre está dando vueltas en torno a una historia.

(Risas) Sí. Siempre tengo algo en mente. Va conmigo. Creo que la gente que escribe tiene una mente más inquieta. La escritura es como más rápida que el cine, que requiere de más elaboración y medios, lo que hace que tarde más tiempo en plasmarse la historia.

¿El guion perfecto existe?

—No, ni mucho menos. Se han conseguido hacer guiones muy buenos, pero siempre hay algo que falta o que falla, sobre todo porque las historias son subjetivas. Puedes creerte al personaje o la trama y otra persona verlo de distinta forma. Por eso no hay película que le guste a todo el mundo.

¿Qué debe tener un guion para captar la atención del espectador?

—En mi opinión que la historia sea sólida, que consiga empatizar con el espectador sea cual sea el tema. Y siempre con un personaje convincente.

¿Qué le pareció la película Joker, por ejemplo, de la que tanto se ha hablado, precisamente, por el personaje?

—No me gustó. Bien es cierto que supo aprovechar muy bien el personaje. Eso hizo que diera igual lo que pasara. El director supo aprovechar bastante bien la empatía con el villano. Pero, para mi gusto, una peli contemporánea con un personaje mucho más sólido es ‘Relic’, que trata el tema de la demencia en clave de terror y esta muy bien construido el terror.

Hablando de terror, usted se especializó en ese género, ¿por qué?

—El terror me da miedo pero, al mismo tiempo, me gusta. Creo que da mucha más libertad que cualquier otro género. Quizá sea porque no existen prejuicios, se juzga menos al personaje porque puede pasar cualquier cosa. En otros géneros debes tener más cuidado de cómo cuentas ciertas cosas. En general me gusta todo el cine de terror, aunque no me atrae demasiado del gore. No me gusta tanto la sangre.

¿Quién cree que marcó un antes y un después en el cine de terror?

—Considero que el expresionismo alemán de principios del siglo XX, con películas como ‘El Doctor Caligari’, marcaron el camino en cuanto a la estética. También me quedo con el cine de los 80. En esa década el cine de terror tuvo un boom gigante, con directores que apostaron fuerte, como John Carpenter.

Con el miedo que me da ‘El exorcista’ y no me dice nada.

—Porque esa película quizá marcó el subgénero del cine de posesiones o religioso. Antes fue una novela. Es un clásico de terror que ha tenido mucha repercusión, pero ya se hablaba de este tema con anterioridad.

Y qué me dice de ‘El resplandor’ de Kubrick. 

—Una sensacional película, aunque creo que a Stephen King no le gustó mucho la adaptación que hizo Stanley Kubrick. Es una cinta que no ha envejecido mal, se puede seguir viendo y dando mucho miedo.

Dentro del cine y de la literatura, ¿hay mucho esnob​?

—Eso está dentro de la cultura en general, porque está el ego del creador, y siempre está eso de que ‘necesito demostrar lo que sea’.

¿Tiene ego?

—Todos los creadores tienen ego (risas), lo que pasa es que por mi parte creo que me ayuda el hecho de estar en la otra parte, en la de producir. No en vano, dirijo una revista literaria en la que tengo que editar los textos y eso me ha bajado un poco los humos. Sabes que hay gente que lo hace mejor que tú, y eso te permite aprender.

¿Por qué leemos tan poco?

—Pienso que en cierta forma por la manera en la que nos meten la literatura en el colegio de pequeños. Nos obligan a leer libros para los que no estamos preparados y creemos que la literatura es solo eso. Hay niños con 13 y 14 años que se tienen que leer ‘La familia de Pascual Duarte’ y quizá no sea lo más indicado.

También nos hemos dado cuenta por la pandemia que se lee poco por falta de tiempo. Con el confinamiento, aumentó bastante la demanda de libros y la lectura.

Las redes sociales están llenas mientras que las bibliotecas siguen vacías.

—No existe mucha cultura de biblioteca en España. También considero que estos espacios deben abrirse a la literatura más contemporánea y dar un poco más de variedad, no solo los best seller. Quizá esto atraiga a más gente.

Es difícil, hoy en día, ganarse la vida como escritor. ¿Qué piensa de ello?

—Una de las opciones que nos queda es la de autopublicar. Por desgracia, es muy complicado vivir de la escritura, no solo para los noveles, sino también para autores consagrados. España es un mercado muy pequeño y muchos de estos escritores tienen que hacer otras cosas para sobrevivir.

La autopublicación de tus obras te genera ciertos ingresos porque no hay intermediarios, pero hay que montárselo muy bien para vivir de ello.

También se suele recurrir a los concursos.

—Sí, es otra de las alternativas. Además, quizá sea una fuente de ingresos mayor que, incluso, publicar con determinadas editoriales.

¿Hasta que punto dependen de las redes sociales?

—Diría que muchísimo en los tiempos que corren. Creo que el 90 por ciento de la literatura se mueve por las redes sociales. Y este año que no ha habido eventos mucho más.

¿A usted le gustan?

—Si le digo la verdad, no mucho (risas). Forman parte de mi trabajo y he conocido a gente interesante, pero no me gustan. Me quitan demasiado tiempo y paz mental.

¿Si pudiera saldría de las redes?

—Sin lugar a dudas.

¿Quién es su escritor o escritora de referencia?

—Sigo a varios. Por ejemplo, Stephen King es un referente en el género de terror. También le diría Shirley Jackson y hace poco descubrí a la escritora ecuatoriana Mónica Ojeda. Me gusta muchísimo como escribe, entre narrativa y terror.

¿Cómo ve el panorama cultural de Linares?

—Hay movimiento e, incluso, con lo mal que están las cosas, existen colectivos que están haciendo cosas muy interesantes para no pararse y seguir hacia adelante. Pero es complicado en Linares y en Jaén en general.

¿Por qué?

—La realidad es que no hay mucho apoyo institucional, no solo aquí, sino en todo el país. Y luego porque es muy difícil llegar a la gente. Hay un público fiel, pero no al gran público.

Habla del apoyo institucional, sin embargo hay determinados partidos políticos que están en contra de subvencionar a la cultura.

—Creo que las ayudas no deben ser solo monetario, sino que existen otras formas de apoyar la cultura, con la organización de eventos, la promoción o facilitar que esa actividad llegue realmente al público. Por ejemplo, en Linares nos hace falta un sitio en el que poder completar un programa de actividades con los colectivos de la ciudad para que haya vida durante todo el año. Eso no depende tanto de dinero, sino de la voluntad de quien manda. Teníamos el Silo, pero necesita reformas y ahí quedó.

¿Qué puede aportar la nueva Casa de la Juventud?

—Principalmente nos puede ayudar en el tema logístico para organizar eventos, la promoción, que es una de las cosas que más echo en falta, más allá de Linares. Contar con una localización siempre es importante.

Usted participa en el Festival de Cine Inédito de Linares. ¿En qué posición está dentro de Andalucía?

—No sé cómo estará en Andalucía, pero si le puedo decir que es el único de la provincia que apueste por este tipo de cine. Creo que va por la sexta edición y eso es una buena noticia.

¿De qué vive?

—Soy profesora en la Escuela de Tecnologías Aplicadas (Estech) de Linares, donde doy clases de narrativa audiovisual.

Destácame algún escritor de Linares.

—He leído pocas cosas de gente de aquí, pero conozco a Emilio Prieto, que escribe fantasía.

¿Por dónde pasan sus sueños?

—En la parte profesional, me gustaría dedicarle más tiempo a mi faceta como escritora. Ahora mismo va por etapas. Y desearía no tenerme que ir de Linares para hacer eso y trabajar de lo que me gusta.

Fotos: Désirée Vicente

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