Mayo del 89, cuando Bowie se reencuentra con el rock and roll: Tin Machine


Han pasado 32 años del nacimiento de un grupo prácticamente desconocido, pero que marcó el camino de la música de los 90

Muchas veces tienes que salirte de tu personaje para ver el bosque y eso fue lo que le paso a David Bowie finales de los 80. A Bowie no le sentó muy bien la época ochentera que no tenían nada que ver con las etapas anteriores del cantante, folk, glam, soul y experimental berlinesa.

Los 80 los culmina con uno de los discos más polémicos y criticados de su larga carrera, ‘Never Let Me Down’ (para mi brutal) completando su trilogía ochentera tras ‘Let’s Dance’ y ‘Tonight’. Muy cuestionado por la crítica, pero no por el público, encandilado ante temas tan irresistibles como ‘Let’s Dance’, ‘Blue Jean’, ‘Day In Day Out’, ‘China Girl’ y ‘Time Will Crawl’.

Esto lleva al Duque Blanco a reinventarse otra vez. Menos música disco, más rock. Las malas lenguas dicen que pactó con el diablo parecerse a los Pixies y de esa relación contractual nace el proyecto Tin Machine.

También cuentan que en el clausulado de dicho contrato se estipulaba que Bowie debería sentar las bases de un nuevo concepto musical denominado Grunge, lo que adelantaría a su tiempo y visionaría el movimiento sonoro nacido en Seattle y proyectado al mundo. Ese año unos desconocidos Nirvana exploraban con ‘Bleach’ y Pearl Jam posteriormente fliparían con ‘Heaven’s in here’, grabando su ‘Ten’. Pero, sobre todo, siempre con la mirada puesta en los inalcanzables Sonic Youth.

Pero vayamos por partes, como decía Jack el Destripador. Tin Machine realmente era Reeves Gabrels (guitarrista, ahora en The Cure) y verdadero alma máter del concepto Tin Machine y David Bowie (voz y saxo). Al dúo se les unió los enfants terribles hermanos Sales, Tony y Hunt, con los que coincidió con Iggy Pop en los 70. Los cuatro eran Tin Machine y ninguno sería más que nadie, todo un avisó a navegantes, y muerte anunciada entre egos.

¿Que podría salir de aquí? Pura catarsis sonora, con la mayoría de las canciones grabadas en una sola toma, y letras en bruto, inconclusas, lo que le da a la banda un toque punk rock crudo, y todo ello lo que dicen los entendidos fueron las bases de la música alternativa de los 90.

Para la primera píldora musical no se complicaron, y su carta de presentación fue ‘Tin Machine’. Un disco de 14 cortes duros, a los que arma de destrucción masiva; guitarra, bajo y batería, todo abrupto y sin mediación.

Todo ello con una puesta en escena con una elegante imagen, con traje y corbata. Un álbum sin desperdicio, sobre todo por el tema inicial ‘Heaven’s In Here’, con un Gabrels diabólico. Destaca todo, ahí está una versión de ‘Working Class Hero’ de John Lennon, el tema ‘Tin Machine’ y ‘Crack City’, decibelios en vena, y seguimos la que para mi es la canción que los define, ‘Under the God’ y ‘Bus Stop’. Mención especial a ‘Pretty Thin’, puro post punk abierto en canal.

Con el segundo proyecto tampoco se calentaron la cabeza ‘Tin Machine II’, un lanzamiento que Bowie decía que era un enorme álbum y su referencia futura. De hecho, la reputación de ‘Tin Machine II’ solo ha aumentado con los años. La revista Uncut colocó el disco en su lista de 50 grandes álbumes perdidos , considerando al álbum como «extraordinario».

Un disco menos crudo, agresivo y donde se le permiten más licencias al Bowie que aplicaría en sus siguientes discos en solitario. Sin duda más trabajado, mejor encajado y más compacto, se veía al grupo, sin dejar de ser guitarra, bajo y batería directo al pecho.

Cuatro cortes definen al disco: ‘Baby Universal’, abriendo el disco, ‘If There Is Something’, y cerrando el disco (bueno existe un corte escondido después) el premonitorio ‘Goodbye Mr Ed’. Pero por encima de todos, ‘You Belong in Rock’n’Roll’, para mí, la joya de este proyecto musical, más Bowie, menos Tin Machine.

Tin Machine inicia su camino hacia la tumba con ‘Tin Machine Live: Oy Vey, Baby’, un directo que no puedes parar de escuchar en bucle… todos sus cortes de cabecera y con una soberbia ‘Heaven’s in Here’ de 12 minutos. Después, el entierro de Tin Machine motivado por lucha de egos (Sales vs Bowie), como suele pasar en estos casos, y todo ello aderezado con lo de siempre…. como buen grupo de rock.

En definitiva, un grupo que con el tiempo ha pasado de ser un fracaso musical a una referencia. El camino que indujo a Bowie realizar el enésimo cambio de registro y punto de inflexión para sus siguientes trabajos en solitario, eso sí, junto con Reeves Gabrels.

Fue como entrar en una clínica de desintoxicación de música de baile y salir creando un nuevo concepto… Llámalo como quieras, rock alternativo, grunge… pero como siempre, Bowie en su papel de PUTO AMO, cumpliendo así su relación contractual con el diablo.

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