El parque ha realizado en lo que va de verano más de 15 intervenciones para sofocar fuegos provocados para extraer metales como el cobre

Los avisos se repiten día a día. «Se ve una columna de humo negro desde mi casa». «Hay un incendio en un descampado». Lo que arde no son vehículos accidentados, ni pasto avivado por alguna colilla o un cuadro eléctrico.

La mayoría de los casos se produce a plena luz del día y el combustible está compuesto por chatarra: electrodomésticos viejos, colchones, cubas, neumáticos, cables, bidones… Cuando las llamas desaparecen solo queda el metal, limpio de impurezas, listo para ser vendido de forma ilegal.

Esta purga de chatarra mantiene en jaque al Cuerpo de Bomberos de Linares que, en lo que va de verano, ha realizado más de quince intervenciones para sofocar los incendios supuestamente provocados por «chatarreros» que queman todo tipo de objetos para extraer el cobre y otros metales.

Las zonas donde más avisos hay son El Cerro y la barriada de Arrayanes, según explican fuentes del Parque de Bomberos a El Observador. Hasta allí acuden no solo los Bomberos, sino también patrullas de Policía que cuando llegan se encuentran con un panorama desolador.

El problema radica cuando esos incendios intencionados se van de las manos y afectan a viviendas cercanas, además del daño que provocan al medio ambiente, puesto que se trata de un humo contaminante. Sin perder de vista que estas actuaciones afectan a la atención de otras emergencias que se puedan producir en la ciudad y en el área de influencia del parque linarense.

Esta situación, cronificada en el tiempo, tiene como principal objetivo pelar de una manera rápida el plástico de los cables de cobre, extraer los hierros de los colchones y hasta unos filamentos metálicos que llevan los neumáticos.