El silencio que hace que Linares proclame su devoción con voz fuerte en la Humildad de la Vera Cruz

La noche del Martes Santo en Linares se presentaba complicada meteorológicamente hablando sobre todo si mirábamos en lo que ocurría en el resto de provincias andaluzas. Pero otro año más no podía ser, no podía quedarse en su capilla tras un larga espera y así lo quiso Dios, el cielo daba una tregua para que unos minutos pasados las nueve y media de la noche las puertas de San Agustín se abrían y dejaba escuchar el soniquete inconfundible de la esquila doble del «muñidor» que anuncia la llegada de la Hermandad de la Vera Cruz, la de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y la Madre de Dios María Santísima de la Salud en su Soledad.

Y efectivamente, Linares de nuevo pudo rezar en el silencio de capirotes negros espigados, en el rachear de zapatillas de un paso magistralmente llevado por sus costaleros que portaban a la impactante imagen de Jesús humillado y proclamado rey de los judíos tallada allá por el año 1990 por Manuel Hernández León, o en las notas del quinteto de acompañamiento de Alfredo Martos y el Grupo de Capilla de la Hermandad.

Y tras El como una Reina, una Madre en su Soledad más absoluta, de mirada al cielo y manos abiertas a todo aquel que quiera acercarse a Ella, la Madre de la Salud. A lo lejos no hace falta preguntar de que paso se trata, su Palio de cajón y su andar en las calles lo dicen todo y ayer como no podía ser menos así lo hizo, más aun teniendo en cuenta el enorme esfuerzo que sus costaleros tuvieron que realizar al ir algo mermados en número bajo las trabajaderas, pero que en ningún momento supuso este hecho que la Madre pudiese salir a nuestras calles como la Reina que es del Martes Santo.

En una decisión muy acertada la Junta de Gobierno tuvo que decidir acortar el recorrido lo que nos dejó sin poder disfrutar una vez más de parte de las callejuelas antiguas de la ciudad y no de las voces de Santa Ángela de la Cruz, ya que tras hacer Estación de Penitencia en la Basílica de Santa María la Hermandad continuó hacia Huarte de San Juan por calle Campanario, eso si dejando en la Lonja una estampa inolvidable cuando el Coro y Orquesta Musicalma ponía sus voces para acompañar en la subida de la cuesta a ambos pasos. Siguiente parada obligatoria, San Francisco donde de nuevo la presidencia de la Hermandad, accedía hasta el Altar Mayor para rezar ante el Santísimo, cumpliendo así sus fines de la Estación de Penitencia.

Que lujo ayer de como la Vera Cruz culminaba un año lleno de celebraciones con motivo del 475 Aniversario Ad Originis, que mejor manera de seguir escribiendo la historia de la Hermandad para años venideros y en lo que se recordará este regreso a vida, que estuvo marcado por el recuerdo de los que ya no están.

Sobre las doce y media de la noche, de nuevo las puertas del Templo se abrían, testigo inigualable, la imponente imagen de Nuestro Padre Jesús en Su Prendimiento que parecía estar deseoso de ver de nuevo a su Madre de la Salud estar frente a El. Con el mismo orden, seriedad, silencio poco a poco fueron entrando los nazarenos que a la orden de «descubrirse» pudieron de nuevo dirigir sus miras a sus sagrados Titulares apagando así sus cirios hasta un nuevo Martes Santo.

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