Se trata de un delincuente habitual de la ciudad al que le han caído más de cinco años de prisión por el atraco de la estación de servicio, tentativa de robo con fuerza en otra y amenazar también a un taxista
El Juzgado de lo Penal número 2 de Jaén ha condenado a más de cinco años de prisión a un vecino de Linares por asaltar una estación de servicio del barrio de Arrayanes y amenazar a los empleados con un cuchillo, así como por otros delitos cometidos el pasado mes de junio.
Por este atraco con intimidación deberá pasar tres años y medio entre rejas, seis meses más por tentativa de robo con fuerza en otra gasolinera de la ciudad, ubicada en la Avenida de San Cristóbal, a los que hay que sumar otro año por dos delitos amenazas, entre ellos a un taxista, según consta en la sentencia remitida por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) y consultada por El Observador.
Los hechos ocurrieron en la madrugada del pasado 23 de junio cuando el condenado, un viejo conocido de la Policía Nacional, empotró su coche varias veces contra la entrada de la gasolinera situada enfrente del concesionario de Renault en Linares. Al no lograr su objetivo de acceder al establecimiento, decidió buscar otra estación de servicio para dar el golpe.
Sobre las cuatro menos veinte de la mañana, según el escrito de la magistrada, el ladrón se dirigió hacia una gasolinera de la Carretera de Pozo Ancho, en la barriada de Arrayanes, donde se llevó un botín de 722 euros de la caja registradora tras amenazar a los empleados con un cuchillo de grandes dimensiones. Sin embargo, la fechorías del ahora condenado no quedaron ahí.
Al día siguiente, compró otros dos cuchillos y se desplazó en taxi hasta un concesionario de segunda mano con el fin de recuperar el Seat Ibiza de su pareja que, con anterioridad, había cambiado por 800 euros y un Opel Astra, vehículo con el que cometió los delitos en ambas estaciones de servicio.
Durante el trayecto, coaccionó con una de las dos armas blancas al taxista, quien, ante la agresividad del individuo, detuvo el coche y se bajó para evitar males mayores. El delincuente decidió entonces marcharse del lugar a pie con dirección al concesionario. Una vez en su interior, preguntó a uno de los empleados por su coche cuchillos en mano.
Finalmente, fue detenido por la Policía Nacional, que, previamente, había establecido un dispositivo, y juzgado y condenado el pasado 16 de marzo en Jaén.
